La agorafobia es un tipo de trastorno de ansiedad. Tal y como se refiere en el Manual
diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM-5) (American Psychiatric
Association, 2013), este trastorno se caracteriza por la presencia de miedo o ansiedad
intensa acerca de dos (o más) de las cinco situaciones siguientes: uso del transporte público,
estar en espacios abiertos, estar en sitios cerrados, hacer cola o estar en medio de una
multitud, y estar fuera de casa solo. Situaciones donde casi siempre provocan miedo o
ansiedad desproporcionados al peligro real y se evitan activamente.
En el DSM-5 (American Psychiatric Association, 2013) exponen 3 factores de riesgo:
temperamentales, ambientales genéticos y fisiológicos:
1. Temperamentales
2. Ambientales
3. Genéticos y fisiológicos
¿Por qué es importante conocer los factores de riesgo de la Agorafobia?
La prevención y la conciencia sobre nuestro comportamiento son clave para evitar que el
miedo, la ansiedad o la evitación afecten significativamente nuestra vida diaria. La
agorafobia suele estar precedida por ataques de pánico en un 30% a 50% de los casos, lo
que puede llevar a evitar diversas situaciones por temor a revivirlos.
Para prevenir este trastorno, es fundamental identificar si estamos evitando cada vez más
situaciones. La evitación refuerza el miedo y la ansiedad, por lo que la mejor estrategia es
exponerse progresivamente a los lugares que generan inquietud. Si el malestar es intenso,
contar con la compañía de un familiar o amigo puede ser de gran ayuda.
Si la ansiedad interfiere en varias áreas de tu vida, buscar apoyo profesional no solo es
recomendable, sino que es un paso positivo hacia el bienestar. Con el tratamiento
adecuado, es posible recuperar la seguridad y la libertad en el día a día.
Referencias:
American Psychiatric Association. (2013). Diagnostic and statistical manual of mental
disorders (5th ed.). American Psychiatric Publishing
Natalia Fabra Marqués
Psicóloga General Sanitaria
(núm. de col·legiada 29372)