En Terapia individual

La regulación emocional es el proceso mediante el cual conseguimos hacer cosas productivas con aquello que sentimos. No consiste en que las cosas no nos afecten. Tenemos sistemas de regulación automáticos, pero a veces interferimos y eso impide la regulación. Las emociones son importantes y funcionales. Nos informan de una necesidad, por ejemplo, la tristeza nos informa de la necesidad de consuelo o la rabia de la necesidad de defendernos. El problema es cuando esas emociones no me llevan a pedir consuelo o defenderme y por lo tanto impedimos el procesamiento emocional.

Estar bien o mal no es una emoción, es una mezcla de emociones, sensaciones físicas y pensamientos. Es importante poner nombre a aquello que sentimos. Una gestión emocional negativa sería aquella en la que damos muchas vueltas al problema presente (¡qué desgracia!, ¡qué mala suerte!) o nos preocupamos por problemas que pueden ocurrir en el futuro o incluso evitamos las emociones (“no me ocurre nada”).

Es muy importante conectar con el cuerpo cuando sentimos alguna emoción. El cuerpo es la raíz, sin esa conexión, la emoción no se regula bien. Por ejemplo, podemos llorar pero no acabar de desahogarnos por no estar conectando del todo con esa tristeza en el cuerpo. Todas las emociones tienen un valor. La capacidad reflexiva es una capacidad reguladora (conciencia de que están ahí y con qué se conectan).

Lo primero a trabajar es: lo que no funciona. El cerebro está configurado y entrenado en una dirección, por ello es importante dar pasos diarios hacia una misma dirección que ir probando algo nuevo cada día.

Si no notamos nuestras emociones será importante mirarnos hacia adentro, observar nuestra respiración, sensaciones. Poner la mano en el pecho o estómago y observar que siento debajo. También puedo leer sobre el mundo emocional, hablar desde el “me siento” o pensar cuando empecé a sentirme así.

En cambio si sentimos demasiado será importante prestar atención a qué me digo, qué siento sobre lo que siento (ej. siento vergüenza por estar triste), mirar con distancia (pensar en ello cuando haya pasado un rato).

 

MIRIAM PUIG CLARAMUNT

PSICÓLOGA GENERAL SANITARIA

Nº COL. 23417