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Guía práctica para ayudarte a tomar una decisión

En mi práctica como neuropsicóloga, esta es una pregunta que me plantean a menudo, tanto las familias como los docentes y los propios jóvenes: ¿es el Bachillerato el camino adecuado?

La respuesta no es sencilla. La versión corta es “depende”. La versión larga implica analizar diversos factores que pueden ayudarte a tomar una decisión más informada. A continuación, te ofrezco una guía orientativa con las cuestiones clave que hay que tener en cuenta:

Cuestiones a valorar antes de decidir

  1. ¿Existe algún trastorno que afecte al aprendizaje?
    Si es así, ¿lo tienes bien identificado? ¿Lo conoces en profundidad y has aprendido a compensarlo?
  2. ¿Cuál es el nivel de madurez del estudiante?
    El nivel de Bachillerato requiere una capacidad de abstracción que se desarrolla con la maduración del cerebro.
  3. ¿Existen conocimientos básicos sólidos?
    El ritmo del Bachillerato es muy exigente y da por sentado un dominio previo de las materias sobre el cual se desarrollan conceptos más complejos.
  4. ¿Se cuenta con hábitos de estudio regulares?
    Tener una rutina de estudio bien estructurada y un alto grado de autonomía e independencia por parte del estudiante serán claves para el éxito.
  5. ¿Hay una motivación clara?
    Para afrontar esta etapa tan exigente, es imprescindible que el alumno tenga un mínimo plan de futuro y un motivo que le dé sentido a hacer Bachillerato, más allá de posibles presiones externas o de hacerlo “porque toca”.

Si la respuesta es sí, planteémonos: ¿a qué precio?

Una vez respondidas estas preguntas, es posible que, aunque algunas de ellas no se hayan contestado afirmativamente, se quiera intentar cursar el Bachillerato.

No seré yo quien niegue a ningún adolescente la oportunidad de cursar el Bachillerato si así lo desea. Pero siempre es importante plantearse: ¿a qué precio?

El Bachillerato está diseñado para estudiantes con un perfil concreto: aquellos que quieren acceder a la universidad o cursar ciclos formativos de grado superior. Por lo tanto, implicará un esfuerzo considerable a nivel cognitivo, pero también emocional y motivacional.

Vale la pena valorar si este camino encaja con las necesidades y recursos del estudiante. Esto no significa que no pueda lograrlo con éxito, pero es crucial asegurarse de que el esfuerzo requerido sea sostenible y equilibrado para su salud y bienestar.

Iris Ramon Torres
Neuropsicóloga (colegiada núm. 26206)

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