En Terapia de pareja, Terapia individual

Leía hoy un artículo que aseguraba que tres cuartas partes de los españoles no conseguía desconectar durante las vacaciones.

Lo primero que me ha venido a la cabeza, es que es normal, los días festivos a menudo son escasos y la mayoría podemos seguir pensando en temas laborales, o bien porque somos autónomos…y ya se sabe, o por la incertidumbre que corre en estos días de virus, o porque marchamos de vacaciones dejando problemas abiertos.
Quizás porque nos gusta y motiva mucho el trabajo o quizás por todo lo contrario.

Normalmente después de leer una estadística que me incluye como población, paso de los resultados generales a mi caso en particular. Por eso, me he preguntado a mí misma.
Desconecto del trabajo? Quiero desconectar? Necesito hacerlo? Me han salido tres nós por respuesta, y también es cierto que me siento afortunada por el sentido de mis respuestas. Imagino que a mucha gente le puede pasar lo mismo. Por lo tanto aquí se ha me ha abierto, un segundo interrogatorio. Y si de lo que no desconectamos es de la vida NO laboral?

Que entiendo por vida NO laboral? Pues obligaciones familiares y de la vida cotidiana. Imagino que variará mucho de una persona a otro. Pero así, en general, quien más quien menos, tiene que comprar, cocinar, limpiar, cuidar de hijos o familiares, y quizás también ver a los amigos y hacer algún tipo de deporte.
Desconectamos de todo esto? Yo creo que no, o no durante demasiados días.
Podríamos desconectar? Lo veo realmente difícil, porque, ya sabemos lo que son las obligaciones, tanto las que vienen de fuera como las autoimpuestas. Estas últimas casi son peores.
Querríamos desconectar? Entiendo que si, que al menos durante unos días nos gustaría desconectar de sacar pañales, de discutir con adolescentes, de hacer la compra, de recoger platos, de estar con la pareja, los que tienen, o desconectar de no tener los solteros o solitarios.

Quizás para conseguir esto tendríamos que hacer grandes acuerdos, por ello,  que los que se encargan de unas cosas dejaran de hacerlo por unos días y cogieran el relevo otros y así mutuamente. Difícil? Seguramente, pero no imposible. Al final sería una manera de dejar de hacer las tareas que durante todo el año tendremos que seguir realizando. Desconectar rompiendo la rutina.

Marta Santaeulària

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