En Terapia individual

Según las principales teorías de la psicología cognitiva, el malestar emocional o las conductas disfuncionales provienen de la manera en que interpretamos las situaciones que vivimos. Esto explica porque personas que viven una situación igual o similar dan una respuesta emocional o conductual muy diferente.

Por lo tanto, una de las claves para la gestión emocional y conductual pasará por la gestión de los pensamientos.

Todos tenemos pensamientos negativos alguna vez. Algunas personas tienen menos o más que otras. ¿En función de qué? De su educación o experiencias pasadas. Nuestra mochila de experiencias y aprendizajes determina nuestras creencias o esquemas sobre el mundo y sobre las personas, y éstos, determinan nuestros pensamientos.

Me gustaría aquí matizar la diferencia entre pensamientos voluntarios e involuntarios o automáticos. Los primeros, son los que generamos nosotros para solucionar un problema, reflexionar sobre alguna cuestión, tomar una decisión, planificar algo, etc. Mientras que los segundos son pensamientos que vienen solos. Y vienen como una interpretación automática de algo que ha pasado o está pasando.

Estos segundos, son los más susceptibles de generar un sufrimiento ya que, cuando son negativos o perturbadores, la persona no sabe cómo quitárselos de encima.

«Intentar escapar de los malos pensamientos es ir a buscarlos». Jorge Bucay

Efectivamente, la clave para gestionar este tipo de pensamientos pasará para evitar palabras como controlar o eliminar. Tendremos que tener una actitud más de buscar, aceptar, entender y cuestionar.

El funcionamiento es paradójico. Cuanta más importancia se le dan a estos pensamientos y más «esfuerzo» se hace por «controlarlos» con más frecuencia e intensidad vienen. Tendremos que cambiar la estrategia.

En lugar de eso, los miraremos de cara. Debemos tomar conciencia plena de ellos y escucharlos con atención. Después, tener en cuenta una clave importante: NO TE CREAS TODO LO QUE TE DICES NI TODO LO QUE SIENTES. A menudo, tenemos una actitud de que si yo pienso esto será porque lo creo y si lo creo será por que es verdad (al menos para mí). Y si me siento de esta manera será porque me he de sentir así en esta situación. Como si no tuviéramos control sobre estos contenidos. MENTIRA.

Pautas de gestión:

  • Acepta los pensamientos y las emociones. Aceptándolos, de entrada, no los magnificamos (ni tampoco el sufrimiento que llevan) simplemente porque estén ahí. Y aceptándolos, podremos mirarlos de cara y gestionarlos.
  • Actitud de cuestionamiento. Detecta y para estos pensamientos. Imagina que es lo mismo que un control policial en la autopista por control de alcoholemia. A ver, ¿este pensamiento tiene lógica?, ¿Es proporcional?, ¿Se fundamenta en hechos?, ¿Es útil para afrontar la situación como yo quiero?, ¿Me hace sentir unas emociones proporcionales y ajustadas?
  • Si el pensamiento pasa el control lo tendremos en cuenta, si no, simplemente dejaremos que siga ahí (con las emociones que implique) pero NO LO UTILIZAREMOS COMO CRITERIO PARA ACTUAR. Es decir, a pesar de tener un pensamiento automático negativo con la emoción que comporte (ansiedad, ira, tristeza, etc), intentaremos impedir que determine nuestra conducta.
  • Por lo tanto, nos comportaremos tal y como indique nuestro pensamiento voluntario e intentaremos ir construyendo un pensamiento voluntario (un criterio propio) basado en hechos, en lógica, en utilidad, en cómo nos hace sentir, etc. y evitaremos basarnos en suposiciones, distorsiones de la realidad o pensamientos automáticos que no pasan el control.

Para conseguir que los pensamientos automáticos negativos terminen por desaparecer se necesita tiempo y entrenamiento en la actitud de cuestionamiento, así como entrenamiento en no tenerlos en cuenta ni utilizarlos para actuar. Con el tiempo, si no juegan ningún papel porque no se los permitimos, acaban por marcharse.

Pero si tienes pensamientos automáticos negativos muy recurrentes y que generan un malestar muy intenso, tal vez se trate de obsesiones y requieren la atención profesional. Si es tu caso, no esperes, en pocas sesiones notarás cambios importantes.

Patricia Vílchez Las Heras
Psicóloga sanitaria infanto-juvenil
Colegiada 21639