En Terapia individual

 

La postergación como forma de vida es una de las técnicas que puedes usar para evitar el hacer las cosas. Un no hacedor es a menudo un crítico, esto es, alguien que se echa para atrás y mira cómo los demás hacen cosas, y luego elucubra conceptos filosóficos sobre cómo están haciendo las cosas los hacedores. Es muy fácil ser crítico, pero ser un hacedor requiere esfuerzo, riesgos y cambios.

”Tus zonas erróneas” (1976) Wayne Dyer


 

Todo el mundo en algún momento de su vida pospone. Hay personas que el posponer tareas se convierte en un hábito al que sucumben día tras día y cuando llega ese día, lo pospone para el siguiente, evitando una incomodidad a corto plazo y que a largo plazo se convierte en un mal mayor.

 

Orígen de la postergación:

Detrás de cada postergador puede haber dos tipos de creencias irracionales: (1) Se ven como inadecuados y (2) ven el mundo como un lugar demasiado difícil y exigente; estas creencias cogen las siguientes formas.

Perfeccionismo y Miedo al Fracaso

La gente que tiene miedo al fracaso evita realizar tareas en las que no hay garantía de éxito. Son muy perfeccionistas y al no poder alcanzar las metas, poco realistas, que se imponen se sienten inadecuados. No aprobar o no obtener mejor nota es para ellos lo mismo que ser una persona con valía. Para evitar estos sentimientos de inadecuación, los postergadores a menudo retrasan el momento de ponerse a estudiar para poder decirse a sí mismos que si lo “hubieran intentado” lo habrían conseguido: ¿cómo puedo esperar sacar buenas notas si ni siquiera he tenido tiempo para estudiar?

Ansiedad y Catástrofe

La ansiedad pone de manifiesto las dificultades individuales para tomar decisiones y la tendencia a buscar garantías de éxito antes de empezar una tarea nueva. A medida que el trabajo se les va acumulando tienden al catastrofismo, sintiéndose cada vez más ansiosos y saturados. Pueden verse como víctimas indefensas condenadas al fracaso para quienes los requerimientos de la vida son demasiado duros e injustos.

Rabia e Impaciencia

El enfado y la impaciencia son señales de que la persona se está imponiendo exigencias. La idea irracional de que “yo tendría que ser capaz de realizar todo este trabajo” precipita otros pensamientos irracionales como “¡qué estúpido/a soy! (condena), y “¡no me puedo soportar!” (intolerancia). La gente que se exige enormes e irreales niveles de rendimiento, al no llegar se rebelan en contra de ellos mismos de la misma manera que lo harían contra una ley que considerasen injusta. No pueden cumplir sus propias directrices tiránicas, y entonces se enfadan con ellos mismos por no haberlas cumplido.

Necesidad de Sentirse Querido

Hay gente que se esfuerza en hacer cosas como medio de asegurarse el amor o la aceptación de los demás. Esta necesidad de ser amado deriva de la creencia de que “todo el mundo tiene que quererme para que yo pueda quererme a mí mismo”. Cuando estos individuos obtienen el amor o aceptación que creen necesitar se sienten psicológicamente fuertes porque erróneamente piensan que es esa aceptación lo que les hace válidos como personas. Cuando, por otro lado, no reciben la aceptación de los demás que creen necesitar, se sienten más débiles psicológicamente y se ven como personas no válidas. Esas personas normalmente aceptan todas las demandas que los demás les hacen para que no puedan tener una mala opinión de ellos y así van entrando en un proceso en que cada vez les es más difícil poder responder a las crecientes demandas de los demás.

Sentirse Saturado

La sensación de sentirse saturados es común a muchos postergadores que continuamente ven como el trabajo se les va amontonando. Existe la creencia de que el trabajo propio es prioritario y que se tiene que hacer a la vez. Esta creencia de todo o nada tiene como consecuencia la aparición de sensación de impotencia, angustia, urgencia y finalmente desemboca en un estado de inmovilización. La indecisión vence a los postergadores que se sienten atrapados e incapaces de establecer prioridades y desperdician su tiempo lamentándose de su situación en vez de intentar buscar soluciones.

 

¿Y tu, te animas a descubrir cuál es la razón por la que dices «Ya lo haré mañana..»?

 

Referencias:

Tus zonas erróneas . Wayne Dyer

Superar el Hábito de Posponer. William J. Knaus, D

Terapia Racional Emotiva Conductual: Una versión teórico-práctica actualizada. Francesc Sorribes, Leonor I. Lega y Montserrat Calvo