Un paso para el cambio. Una nueva dirección.
Muchas personas llegan a consulta deseando sentirse por fin bien con el mundo y con ellas mismas: “Quiero cambiar”. Ese es un buen punto de partida, pero debemos afinar y eso significa ver de dónde partimos y a dónde queremos llegar. Para tal viaje, nos hace falta un mapa que nos sitúe y nos ayude a caminar hacia direcciones que no habíamos ido antes porque las desconocíamos o, por qué cuando conociéndolas, no llevábamos el equipaje adecuado para culminar el viaje con éxito: ¡Bienvenido a terapia!.
Antes que avances, debo ponerte en preaviso, pues de todas las dificultades que te vas a encontrar en el camino, hay una que va a ser la primera que deberás sortear si quieres empezar a moverte en alguna nueva dirección. Esta es la idea de que “No tengo que cometer errores. Debo hacer este camino perfectamente bien y no equivocarme mientras lo ando”.
Da el paso: empieza a desecharla
Si resuena algo en tí esta idea, permíteme darte el empujón para empezar a desecharla. A saber: ¡Vas a cometer errores! Debes de hacer, pensar, cosas que no has hecho nunca. Y eso es bueno. De eso va aprender, de equivocare. Permítete tolerar esa incomodidad, ir a los viejos hábitos (la dirección más conocida) sin darte cuenta y estarás preparado para andar, rectificar y trabajar en tu cambio:
“Destin es un ingeniero al que construyeron una bicicleta con el manillar al revés. Al girarlo a la derecha la bicicleta iba a la izquierda, y viceversa. Aunque el cambio que tenemos que hacer es simple, resulta imposible conducir esta bicicleta si ya sabemos andar en una bicicleta normal. Sin embargo, Destin lo consiguió. Se planteó ese objetivo, y trabajó de modo incansable para conseguirlo. Se subió a la bicicleta todos los días, durante ocho meses, hasta que empezó a pillarle el punto. Se cayó una y otra vez en el proceso, se enfrentó a la sensación de no ser capaz, pero eso no le llevó a abandonar, sino a intentarlo más y más.
Cada vez que se subía, notaba la tendencia arraigada hacia los viejos patrones. Todas las veces que en su vida había conducido una bicicleta convencional, habían formado conexiones en su cerebro que configuraban la memoria del procedimiento para andar en bicicleta. Su mente iba hacia ahí de modo totalmente automático, aunque a nivel consciente sabía qué tenía que hacer para conducir la bicicleta al revés.Tomar consciencia de lo hemos de cambiar no produce de por sí esos cambios, pero es un primer paso imprescindible. Después de ese paso han de venir muchos otros, y hemos de darlos en la dirección adecuada.
Y es que, conseguir llegar a donde nos lo proponemos, cuando nuestra tendencia nos lleva en otra dirección, requiere una combinación de esfuerzo mantenido y de llevarnos un poco la contraria.” No soy yo, Anabel Gonzalez.
Mira el video de Destin: https://www.youtube.com/watch?v=MFzDaBzBlL0
Aprende más sobre cómo tratarnos en este post: https://thinkpsicologia.com/es/terapia-individual/autoaceptacion-incondicional/
Bibiana