El juego es una herramienta muy utilizada en las terapias infantiles. Si comparamos a los adultos con los niños, la mayoría de las veces, no van de forma voluntaria al psicólogo y ven que tienen que ir a un espacio donde se les priva de su tiempo de ocio. Y también, su capacidad de atención no es la misma que la de los mayores.
Para el psicólogo es muy importante establecer una buena alianza terapéutica con el paciente, es decir, que sea un lugar cómodo, seguro y de confianza. Donde el niño preste atención, ponga de su parte y pueda expresar con total libertad y tranquilidad lo que le pasa.
Por eso, en terapia con niños se utilizan juegos psicológicos y actividades lúdicas donde aparecen dinámicas y estrategias que permiten a los psicólogos poder interactuar con ellos ofreciendo ayuda para gestionar sus emociones e ir contribuyendo en su desarrollo. También permite una forma distinta de comunicación que ayuda a que los niños a que puedan expresar lo que sienten y cómo lo viven.
A continuación, explicamos dos juegos en relación a la autoestima que sirven para que el niño o niña reconozca cuáles son sus cualidades personales además de aprender quienes lo valoran y aumentar nuevas habilidades sociales.
Juego: yo soy…
Sirve para mejorar la autoestima del paciente, ya que le ayuda a ser consciente de las características personales que tiene.
El niño deberá traer una fotografía suya y la pondremos en el centro de una hoja y a su alrededor irá poniendo cualidades positivas y puntos fuertes.
Se suele empieza por características físicas y luego características con valor emocional y social como ser amable, ser bueno en matemáticas, etc.
Será tarea del psicólogo anotar posibles complejos físicos o psicológicos que puede que el niño haya manifestado tener, además de detectar problemas emocionales asociados.
Juego: “quienes me valoran”
Este juego consiste en que el niño o la niña traiga fotos de familia, amigos y personas importantes en su vida.
En una hoja irá pegando las fotos de todas esas personas y se le pedirá que diga actividades que comparte con ellas, por qué se lo pasa bien, quién le valora, cómo se lo expresa, que le gustaría hacer con él o ella o qué no le gusta tanto.
En esta actividad, se detecta cómo el pequeño cree que su entorno lo valora y que problemas puede haber en las relaciones con sus figuras de apego o la falta de habilidades sociales del niño con los adultos.
De esta forma, jugando y utilizando actividades lúdicas los niños pueden mejorar su bienestar.
Cristina Gras Sala
Psicóloga infanto-juvenil
Col. 22897