Se acercan las vacaciones de Semana Santa, bueno, algunas ya están de vacaciones desde el viernes. Unas personas habrán ido a la montaña, otras a la playa, otras aprovecharán para visitar alguna ciudad o para quedarse tranquilamente en casa. Depende de las opciones y posibilidades de cada uno.
Por otra parte,como hago referencia al título, quiero hablar del perfeccionismo.
, como rasgo de personalidad, es decir, aquél que hace sufrir.
Una cosa es buscar que las cosas que hacemos estén bien, y estemos satisfechos. Otra muy distinta es buscar la perfección, que, como sabemos, no existe. La búsqueda desesperada de la perfección nos lleva a ver más errores de los que probablemente existen, a juzgar de una forma rígida y por último a comparar, para siempre, salir perdiendo.
El perfeccionista ,de esta manera poco sana, normalmente lo es para todo. Sí, incluso, para las vacaciones.
Me refiero a la tendencia a querer aprovecharlas al 100%, a querer realizar muchas cosas, muchas actividades, a sentir que el tiempo nos ha dado provecho. Entonces también queremos que todo sea muy bonito, muy excitante, muy enriquecedor. Cualquier cosa que no llegue a las expectativas proyectadas deja un regusto a fracaso. Aparecen también las comparativas con vacaciones anteriores o las de los amigos y compañeros, creando este hecho, una preocupación considerable. Todo debe ser perfecto, las vacaciones también.
¿Y que son unas vacaciones perfectas?
La palabra vacaciones viene del latín y significa está libre, desempleado, vacante…de hecho todo lo contrario de lo que pretende un perfeccionista con sus vacaciones. El perfeccionista quiere estar ocupado en vacaciones. Ocupado con conductos de ocio, de acuerdo, pero ocupado. De esta forma, la palabra vacaciones por todo su sentido, de estar vacantes.
Yo recomendaría, planificar, pero no en exceso, dejarse no hacer nada, permítase estar libres y desempleado. Esto es realmente estar de vacaciones, el resto, es decir, estar ocupados y ligados a mil actividades ya lo hacemos el resto del año.
Dejemos el perfeccionismo aparte y que la palabra vacaciones recupere el significado original
Marta Santaeulària 8318