Los procesos de duelo por separación
Muchas personas acuden a la consulta después de un proceso de separación.
Son momentos muy difíciles donde la persona se siente triste, angustiada o con rabia como emociones principales.
Además de estas emociones tiene que lidiar con la adaptación en una nueva vida. Muchas veces, esto incluye, cambio de residencia y, incluso, de ciudad.
Si hay hijos, la adaptación al convenio que se haya acordado, y consecuentemente acostumbrarse a no estar siempre con ellos. Afrontar la soledad y la nueva vida, cuesta, y más si tenemos en cuenta que el mundo no se para, es decir, tienen que salir adelante las tareas domésticas, parentales, laborales, etc.
Todos estos hechos hacen que la persona, además de sentir las emociones que antes hemos denominado, suelen manifestar sentirse desubicados, bloqueados, extraños en esta nueva vida.
Otra emoción que aparece a menudo es la de la vergüenza.
Esta vergüenza proviene del pensamiento irracional de que han fracasado.
Haría falta por ello, aclarar, que una separación no es un fracaso, es aceptar que aquella pareja, que probablemente había funcionado en algún momento, ya no lo hace.
Los motivos pueden ser muy variados, pero en lugar de aferrarnos en el motivo podemos hacer dos cosas. La primera quedarnos con lo bueno que hemos compartido con aquella persona y, la segunda, aceptar que si se ha tomado esta decisión es porque nos llevará a un lugar mejor de dónde estábamos. Todo esto, está claro una vez pasada el proceso de luto.
Cuánto durará el duelo.
Por eso es importante aceptar que éste es necesario para superar la ruptura, por lo tanto, no tenemos que luchar con la tristeza sino aceptar que esté. Entender que es normal y que durante un tiempo estaremos en una montaña rusa emocional.
Al ser humano no le gusta sufrir, por eso la pregunta de «¿Cuánto durará el luto?» es muy habitual.
Hay teorías y escritos sobre esto. Algunos dicen que tenemos que contar un mes por año compartido, otros que normalmente son entre seis meses y dos años.
Sin querer decepcionar a nadie, yo diría que los tiempos son muy variables. Depende de la personalidad y capacidad de afrontamiento de cada uno. De la situación de contexto, tanto de apoyo social como familiar. De cómo se desarrolló la separación.
También varía si uno ha tomado la decisión o le toca hacer el trabajo de aceptar la decisión del otro.
En cualquier caso los procesos de duelo por separación son más largos de lo que querríamos, pero estamos preparados para soportarlos, nos tenemos que cargar de paciencia y sobre todo de aceptación y respecto al duelo que estamos viviendo.
Darnos tiempo y recordarnos a menudo, que sin ningún tipo de duda, vendrán tiempos mejores.
Marta Santaeulària
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