En Terapia individual, Terapia infanto - juvenil

Los elementos biológicos que ponen en marcha el mecanismo del sueño son muchos, y muy específicos. Pero más allá de la parte biológica, me gustaría hablar de la relación entre el pensamiento y el insomnio.

A partir de cierta edad, hay un descubrimiento al que todos más o menos llegamos. Es el siguiente: si a la hora de ir a dormir me pongo a pensar, seguramente me será más difícil conciliar el sueño, y muy probablemente sufra insomnio aquella noche. Cabe decir, que si el contenido del pensamiento es algo que me angustia o me preocupa, esta probabilidad de insomnio, se duplica. Ya lo decía en Bertand Russell: «El sabio sólo piensa en sus problemas cuando tiene sentido hacerlo, el resto del tiempo piensa en otras cosas o, si es de noche, no piensa en nada». Así es. Pero ni nadie nace sabio, ni es fácil no pensar en nada.

Por ello, me gustaría dar unos consejos. Especialmente para los jóvenes y adolescentes que comienzan a sufrir los estragos de pasar una noche desvelados.

– Un rato antes de ir a dormir es recomendable ir bajando las revoluciones del pensamiento. No sería aconsejable ni estudiar, ni éxito hacernos con determinados juegos de ordenador, ni calentarnos la cabeza con las redes sociales.

– No es un buen momento para discutir, ni resolver problemas complicados que activan el pensamiento. – Es recomendable hacer algún ejercicio de relajación muscular.

– Dejar de pensar. ¿Cómo? Pues sin prohibirnos el pensamiento, que sólo provocaría el efecto contrario. Dejar y permitir que vengan pensamientos, pero sin engancharnos a ninguno de ellos. Sería muy similar a hacer una meditación, pero sin el esfuerzo de concentración que requiere meditar.

Estos son algunos de los consejos que os propongo para evitar entrar en pensamientos conscientes, que nos alejan del sueño, y nos provocan insomnio. Como os decía al principio, hay otros factores implicados que pueden provoca insomnio: no estar suficientemente cansado, dormir la siesta, algún otro trastorno que sufra la persona, haber tomado excitantes, una cierta vulnerabilidad genética, … Pero pienso que n ‘ hay uno muy importante, que es lo que hoy he querido exponer. Si vas a dormir, no pienses, permite el pensamiento, pero abre la mente y dejar pasar. Marta Santaeulària 8.318