Una de las técnicas de mayor importancia en el abordaje de las adicciones es la entrevista motivacional. Se basa en un modelo de actuación conductivo y su objetivo primordial consiste en que los pacientes se ocupen de sus problemas potenciales utilizando sus propios recursos para conseguir un cambio en la conducta. Pone su énfasis en el interés por promover el bienestar del paciente y contempla la compasión como la capacidad de acercarse al dolor para intentar aliviarlo.
Esta técnica se desarrolló en la década de los 80’ para el tratamiento del alcoholismo por el psicólogo clínico Miller y fue ampliando su campo de aplicación a otros problemas de interés como conductas de riesgo para el contagio del VIH y cuidado de la diabetes u obesidad. También se ha utilizado en diferentes contextos: escuelas, correccionales, ámbito carcelario, entre otros.
En la entrevista motivacional existe una aceptación en las propuestas del paciente y la comprensión de que éste es responsable de su propio cambio. Se evocan sus habilidades y competencias para abordar el problema y se fomenta su autonomía e independencia. Su estilo de comunicación se basa en guiar al paciente: preguntar, escuchar e informar. Expresar empatía, facilitar la aparición de discrepancias o avanzar en las resistencias del paciente son algunos de los elementos clave en la terapia.
Esta técnica asume que todo proceso de cambio se mueve entre dos aguas, lo que se conoce como ambivalencia/ balance decisional: por una parte las motivaciones para cambiar y por otra, las motivaciones para mantener la conducta.
Es importante promover la autoeficacia del paciente ya que las conductas cambian con mayor facilidad cuando la persona percibe el control sobre los resultados, encuentra pocas barreras externas y siente confianza en sus propias habilidades.
Uno de los principios que hay que respetar de esta técnica consiste en evitar confrontar al paciente ya que una amenaza a la propia libertad de éste lo motiva a recuperar dicha libertad (tal y como afirma la Teoría de la Reactancia psicológica de Brehm-66’). Así como evitar ejercer paternalismos.
Este tipo de terapia se ha visto influenciada por grandes teorías. Una de ellas se basa en el modelo transteórico de Prochaska y Diclemente (82’) el cual concluye que el cambio en la conducta ocurre en 5 etapas: pre-contemplación, contemplación, preparación, acción y mantenimiento. Alrededor del 80% de los adictos se encuentran en un estado precontemplativo o contemplativo con respecto al cese del consumo.
La entrevista motivacional no solo es de gran ayuda en la reducción de conductas dañinas, sino que además es beneficiosa en la promoción de conductas saludables. Este aspecto se considera de gran importancia ya que un 50% de la mortalidad atribuible a las 10 primeras causas de muerte se debe a aspectos conductuales. No obstante, debemos tener en cuenta que la motivación es necesaria pero no suficiente para el éxito terapéutico.
Miriam Puig Claramunt
Psicòloga General Sanitaria
Colegiada 23417