En Terapia infanto - juvenil

Una reeducación es un tipo de intervención psicoeducativa, específica y personalizada, orientada a mejorar el rendimiento académico en niños y adolescentes, normalmente en edad escolar, que presentan alguna dificultad o trastorno del aprendizaje.

¿En qué se diferencia del refuerzo escolar?

La reeducación no solo se centra en la mejora del rendimiento académico, sino que también se interviene sobre los recursos emocionales y conductuales, para favorecer la autonomía y mejorar la autoestima. Es decir, se ofrecen recursos y estrategias con el objetivo de que el niño sea cada vez más autónomo a medida que se van modulando las dificultades provocadas por el trastorno, mediante el acompañamiento a nivel conductual y emocional, y la estimulación de las funciones cognitivas.

¿Quién es el mejor profesional?

Un experto en el ámbito de la psicología, neuropsicología, pedagogía o psicopedagogía, con formación en las dificultades y trastornos del aprendizaje.

¿Cómo se estructura una sesión?

  • Vinculación con el niño/adolescente
  • Trabajo en la planificación: uso de agenda, organización del material, planificación del estudio, etc.
  • Entrenamiento en autoinstrucciones
  • Estimulación cognitiva de las funciones más afectadas: atención, lenguaje, velocidad de procesamiento, etc.
  • Intervención psicoeducativa de la técnica de estudio utilizando, en la medida de lo posible, su material escolar.
  • Cierre de la sesión: conclusiones y juegos para asimilar conceptos y fortalecer el vínculo.

¿Cómo saber si necesitan reeducación?

La reeducación es imprescindible cuando uno de nuestros peques tiene un diagnóstico de trastorno de aprendizaje (dislexia, TDAH, trastorno específico de lenguaje, etc.). En otros casos, cuando aparece alguna dificultad, o simplemente para mejorar el rendimiento o reforzar la autoestima o seguridad en uno mismo, también puede resultar recomendable.

Más allá del tiempo que dura la reeducación, el objetivo es generalizar lo aprendido para que el niño sea capaz de incorporarlo en su día a día, además de acompañar a padres y maestros mediante pautas y guías de actuación, y trabajar en coordinación con otros profesionales implicados (ejemplo: logopedas, neurólogos, psiquiatras, etc.)

Y, si todavía no lo tienes claro, ¡no dudes en pedirnos más información y te ayudaremos a tomar la mejor decisión!

 

Iris Ramon Torres

Neuropsicóloga (colegiada núm. 26206)