En Terapia individual

La hipnosis como procedimiento psicoterapéutico es la técnica más antigua que se conoce para provocar cambios en la conducta, percepción y emoción en los seres humanos, siempre que se utilice de forma terapéutica y continuada. Consiste en un aumento de: sugestionabilidad, capacidad de imaginería mental e implicación emocional respecto a situaciones imaginadas por el paciente o sugeridas por el experimentador. Cuando el paciente se encuentra en estado hipnótico, quedan bloqueados los esquemas conscientes y emergen los automáticos.

Los espectáculos televisivos, películas y ficción han contribuido a que se tenga una imagen negativa de esta práctica clínica. Tres de los mitos más importantes que suelen tenerse acerca de la hipnosis son los siguientes:

Puro teatro: evidentemente muchas prácticas hipnóticas lo son y los programas de televisión fomentan estos espectáculos engañosos. Como ejemplo más llamativo, hay personas que realizan este tipo de técnica afirmando que curan algunos tipos de cáncer delante de multitud de espectadores. Pero también encontramos afirmaciones como que sirve para la artrosis, para eliminar cicatrices u otras muchas indicaciones que se salen fuera del ámbito de esta disciplina. No hay que olvidar, que estamos hablando de una técnica bien delimitada en cuanto a su utilidad terapéutica y que se ha mostrado eficaz para: facilitar el tratamiento de fobias, ansiedad y estrés, apoyo en tratamiento de obesidad, deshabituación tabáquica y trastornos psicofisiológicos como las cefaleas, el dolor crónico, el dolor oncológico, entre otros. Sin embargo, algunos embaucadores no dudan en pregonar utilidades para las que jamás se ha demostrado eficacia alguna.

Pérdida de voluntad: el paciente en estado hipnótico se deja guiar por las indicaciones del terapeuta y está más abierto a experimentar sensaciones. Su mente se focaliza en su interior, sin embargo, nunca llega a experimentar una pérdida de voluntad real. Si alguna acción va en contra de los principios del paciente, éste saldrá del trance inmediatamente.

Posibilidades paranormales: es cierto que con la hipnosis, aumentamos nuestra memoria, percepción, creatividad, el umbral del dolor, motivación…y podemos lograr cosas que sin la hipnosis sería impensable, pero tampoco podemos lograr cosas paranormales. Es decir, si en estado de vigilia una persona aguanta las manos dentro del hielo durante 2 minutos, en estado de hipnosis puede aguantar 8 minutos. Pero no podrá levitar ni hacer nada que vaya en contra de la física.

Por lo tanto, la hipnosis no es magia, sino una técnica conductual basada en el supuesto de que todo pensamiento o idea produce una reacción física. Un síntoma inducido emocionalmente, si persiste lo suficiente, tiende a causar cambios orgánicos. Es posible entender mejor este supuesto si acudimos a la hipótesis de retroalimentación facial: cuando sonreímos, nuestros músculos envían señales al cerebro mediante neurotransmisores específicos que liberan unas sustancias químicas llamadas endorfinas, las cuales son las responsables de hacernos sentir felices. Lo mismo ocurre con los síntomas que nos inducen. Músculos y cerebro están conectados y un cambio a nivel somático produce cambios a nivel cerebral.

En vez de juzgar los procedimientos que utiliza cada terapeuta o profesional del ámbito de la salud, debemos explorar a fondo en que consisten sus técnicas y los beneficios que pueden aportar a los pacientes. Toda ayuda posible en la terapia es vital para que éste utilice el mayor número de recursos para su recuperación. Leer, entender, y asumir lo que otros han hecho con anterioridad es la base para el avance en cualquier disciplina científica.

 

Miriam Puig Claramunt

Psicóloga General Sanitaria

N.º Col. 23417