En Terapia individual

La frustración es una emoción natural y sana que aparece ante cualquier obstáculo que se interpone entre uno mismo y lo que uno quiere.
El propósito o, dicho de otro modo, la función que tiene la frustración es motivarnos y hacer algo al respecto para seguir con nuestra meta en caso que esté en nuestras manos conseguirla, ya que al ser una emoción incómoda, trataremos de eliminarla o reducirla.

El problema está cuando nos perturbamos por sentirnos frustrados, a eso le llamamos baja tolerancia a la frustración. Pondré algunos ejemplos para que quede más claro:
– Puedo sentirme deprimido por frustrarme cuando pienso: Vaya mierda de vida, la vida debería ser más fácil y no ponerme tantos obstáculos, entonces posiblemente pueda sentirme deprimido
– Puedo sentir ansiedad por incomodidad si pienso: no puedo sentirme frustrado, es insoportable y horrible.
– Puedo sentirme rabioso por frustrarme cuando pienso: los demás no deberían interferir en mis planes y deberían hacer lo que yo quiero.
No es la frustración la que nos lleva a sentirnos de esta manera si no lo que pensamos acerca de ella y de el obstáculo que se nos ha presentado. Exigir y quejarse que la situación debería ser distinta solo hace empeorar la situación.

Pero entonces, ¿cómo podemos desarrollar una alta tolerancia a la frustración?

Antes de todo, entender que es inútil exigir que una situación sea diferente a la que es y que alterarse porque las cosas no son de la manera que uno quiere solo empeora las cosas.
La habilidad para tolerar la frustración se puede aprender incrementando su presencia a base de realizar aquello que uno se resiste. Si al leer esto lo primero que has pensado es: “pffff, pues vaya mierda, pensaba que sería más fácil”, seguramente tengas baja tolerancia a la frustración. No hay métodos fáciles y rápidos para ganar esta habilidad, como la mayoría de las cosas requieren de entrenamiento, esfuerzo y trabajo. Empieza por cambiar lo que piensas acerca de esto o será muy complicado aumentar tu tolerancia a la frustración. ¡NO es TERRIBLE experimentar INCOMODIDADES!
La frustración no tiene por qué hacernos desgraciados, por supuesto, es incómodo no conseguir lo que uno quiere, pero no es terrible a no ser que uno lo mire así.
Algunos mensajes que puedes darte cuando sientas frustración son:
– No he de tener siempre lo que deseo, la realidad no es así
– La frustración en si no me bloquea, tiene que ver con lo que pienso sobre ella
– Es incomodo pero soportable
– Acepto sentirme así aunque no me guste
– No tendría por qué no ser
– Nada es espantoso, horrible o terrible, pues la situación probablemente podría ser peor
– Puedo renunciar a este placer inmediato para obtener un beneficio mayor
– Aprender a tolerar la frustración incluye ciertas dosis de esfuerzo y malestar.