En desarrollo personal, familia, niños, padres, Terapia individual, Terapia infanto - juvenil

Estos últimos años se ha dado importancia a la inteligencia emocional, ha ayudar a los niños a conocer y gestionar las emociones para mejorar su bienestar. Para ello, hablaremos de la empatía.

Según la RAE, la empatía es la capacidad de identificarse con alguien y compartir sus sentimientos.

Por lo tanto, la empatía es la intención de comprender el estado emocional desde la perspectiva del otro. Entender que le está pasando, aunque puede que no esté de acuerdo en su forma de interpretar.

Según el psicólogo Hoffman, la empatía se desarrolla pasando por cuatro niveles:

  • Empatía global. Ocurre en el primer año de vida, cuando el bebé no percibe a los demás como distintos de sí mismos.  Imita las emociones que percibe, pero difícilmente puede diferenciar entre sus sentimientos y los de los demás. Empatiza utilizando la mímica.
  • Empatía egocéntrica.  A partir del segundo año de vida, el niño es consciente de que es la otra persona la que experimenta la situación desagradable. Diferencia sentimientos del otro a los suyos. Aunque sus respuestas empáticas se encuentran centradas en si mismas.  Si ve un niño llorando, le dará su juguete para que se calme porqué el juguete es lo que a él le calma.
  • Empatía con los sentimientos del otro. Ocurre entre los 3 y los 4 años, cuando el niño es capaz de diferenciar entre los sentimientos que él experimenta con los que están viviendo los demás y responde a una forma menos egocéntrica.
  • Empatía con las circunstancias vitales de los demás.  Al final de la infancia ocurre que el niño empieza a tomar consciencia de que los otros pueden sentir una emoción no solo en una situación inmediata sino también en su experiencia vital.

Por lo tanto, es importante el vinculo entre padres e hijos tanto físico como emocional en los primeros años de vida. En esta etapa es cuando se desarrollan los sentimientos y las respuestas empáticas que le serán beneficiosos para la vida.

La empatía ayuda a que las personas se comuniquen mejor y fortalezcan sus relaciones sociales, tener amigos y mejorar en la resolución de conflictos.

“Si siento lo que siente el otro, puedo responder de buena manera y hacer y tener amigos “

 

 

Cristina Gras Sala

Col. 22897