En Terapia de pareja, Terapia individual, Terapia infanto - juvenil, Terapia sexual

Llega final de año y con él ha llegado el momento de aplicar un cúmulo de tradiciones condensadas en pocos días. Una de ellas es el clásico conocido por todos de hacer una valoración del año que ha pasado y hacer nuestros propósitos para el que viene.

Pese a que siempre recomiendo poder hacer este ejercicio de reflexión no sólo en una fecha determinada si no varias veces al año, ahí va algunos consejos para que te ayuden a empezar y acabar bien el año.

 

Para acabar bien el año: Agradece y deja atrás

Este año más que nunca ha sido un año complicado a muchos niveles así que ordenar y poner todo lo que ha pasado en su sitio nos va a ayudar a procesar e integrar toda la experiencia para seguir avanzando.

Tómate tu tiempo y haz una lista con todas aquellas cosas que puedes agradecer en este año que has pasado. Incluso en el caso de haber vivido algún tipo de pérdida (económica, personal, material, emocional…), siempre hay algo por lo que estar agradecido y es importante que lo pongamos sobre la mesa. Piénsalo bien, y descubre qué cosas puedes agradecer.

Tómate tu tiempo y ahora haz una lista con aquellas cosas que no te han gustado como te han salido, de hábitos que te han perjudicado, de errores o equivocaciones que no te han ayudado. Reconócelos y déjalo atrás. Piensa ¿Qué aprendizaje nuevo te llevas para el próximo año que sí te puede ayudar?

 

Para empezar bien el año: Haz buenos propósitos

Aquí van 5 recomendaciones para obtener los buenos propósitos:

  1. Conseguir el objetivo debe depender de ti mismo (o en gran parte). Si nuestro propósito es “Encontrar trabajo”, conseguirlo depende por un lado de nuestro esfuerzo y por otro lado del azar o las oportunidades. Deberíamos redefinirlo destacando nuestro papel activo “Hacer todo lo que esté en mi mano para buscar trabajo en X sector y en X ciudad”. A veces en nuestros objetivos están implicadas otras personas “Mejorar mi relación con mis padres”. En este caso lo idóneo sería convertirlo en “aprender a comunicarme mejor con ellos” “No saltar tan rápido cuando me dicen algo que no me gusta”.
  2. Debe ser concreto. No vale proponernos “ser feliz”. Este propósito es demasiado abstracto. Tiene que ser medible. Podemos hacer una lista de cosas importantes para nosotros, cosas que nos gratifican y decidir llevarlas a cabo durante el año.
  3. Además … Debe ser lo más concreto posible. Nuestra mente es muy literal. De tal forma que si nos proponemos “apuntarme al gimnasio este nuevo año”. Llegará el nuevo año, acto seguido nos apuntaremos al gimnasio, y fácilmente acabará ahí la cosa. Seamos más concretos todavía. “Me apuntaré al gimnasio, iré tres veces por semana (L- Mx-V) de 7 a 8, haré máquinas y clase de yoga”.
  4. Debe de ser realista. Ganar 10000€ al mes no es un objetivo realista si tienes un salario medio y acabas de empezar a trabajar. Estudiar 5h cada día tampoco es realista si además trabajar 8h diarias.
  5. Debes contemplar las renuncias: Hay objetivos que serán incompatibles o mutuamente excluyentes. Por ejemplo: tener mucho tiempo libre y acabar un proyecto que requiere muchas horas no es compatible. Por lo general los objetivos siempre conllevan ciertas renuncias. Fijarte en qué renuncias y ser consecuente te ayudará a focalizarte en tu objetivo.

 

Que tengas FELICES FIESTAS Y FELIZ AÑO 2021

 

Bibiana