En Terapia individual

Establecer límites sanos es fundamental para el bienestar emocional propio y en nuestras relaciones. Los límites son líneas imaginarias que definen lo que es aceptable y lo que no.

Cuando no nos ponemos límites a nosotros mismos o a los demás, podemos caer en excesos poco saludables, en la sobrecarga física, emocional, en el resentimiento y la frustración crónica.

Señales de que no pones límites o de que éstos son débiles:

  • Das demasiado

  • Eres incapaz de decir que no

  • Tiendes a complacer en exceso

  • Priorizas a los demás y sus necesidades, por delante de las tuyas

  • No te sientes valorado por lo que haces

  • Te sientes agotado física y emocionalmente

  • No tienes tiempo para ti mismo

¿Cómo establecer límites saludables?

  • Reflexiona. Sobre tus necesidades, tus valores, tus responsabilidades, tus deberes y las actividades que realizas. Normalmente las áreas en las que con más frecuencia necesitamos límites son: la familia, el trabajo, las amistades, las relaciones sentimentales y la tecnología. Identifica en qué áreas de tu vida te sientes agotado, qué valores no estas respetando, a qué actividades te gustaría dedicar menos tiempo.

  • Comunica con claridad: Expresa tus límites y tus necesidades de manera asertiva. La gente no sabe lo que quieres o necesitas, dejarlo claro es responsabilidad tuya.

  • Sé consistente: Mantén tus límites. Los demás aprenderán a respetarlos en la medida que tú los respetes.

  • Acepta las reacciones de los demás: No todo el mundo reaccionará bien ante un límite, pero recuerda que establecer límites es tu derecho y no tiene que gustar.

Poner límites no te hace egoísta; te permite ser auténtico, proteger tu autoestima y construir relaciones más sanas.

Laura S.

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