Tenía muchas ganas de ver esta segunda entrega de Disney Pixar. Y personalmente no me ha defraudado. Diría que sigue teniendo un gran valor psicopedagógico. Como psicóloga puntualizaría algunas cosas y cambiado otras, pero no hay que olvidar que se trata de una película de animación destinada a todos los públicos y no pretende ser un manual de neuropsicología.
No tengo ninguna intención de hacer spoilers a la película. Espero que la veáis vosotros mismos y saquéis vuestras propias conclusiones. Así que me voy a centrar en aquello que creo que falta o no acabo de ver reflejado en la película de una forma clara.
Hablo del sentido del YO o la conciencia.
Para explicarlo mejor me voy remitir a la metáfora de la rueda de la conciencia de Daniel J. Siegel.
Imaginemos una rueda de bicicleta con el eje en el centro y una serie de radios que parten de él hasta la llanta. La llanta representa aquello a lo que prestamos atención en cada momento: pensamientos, sentimientos, emociones, percepciones del mundo exterior (sentidos) o sensaciones corporales (propiocepción). El eje representa el lugar de la mente desde el que nos hacemos conscientes y los radios de la rueda representan la atención que dirigimos a puntos concretos de la llanta. La conciencia reside en el centro y se puede considerar una metáfora visual de la corteza prefrontal.
La película da la sensación de que son las emociones las que a través de un cuadro de mandos o consola manejan y controlan el comportamiento de Riley, lo cual no sería del todo correcto. Las emociones no manejan nuestro mundo mental ni nuestro comportamiento. Más bien sería la interacción del sistema límbico (emocional) con la corteza prefrontal (funciones ejecutivas) lo que daría una visión más aproximada al funcionamiento de la mente. Sería la conciencia o ese Yo que es capaz de observar pensamientos, emociones, sensaciones lo que no acabo de ver reflejado en la película. O quizás sea la consola en sí esa conciencia o Yo, que se supone que funciona de manera autónoma hasta que se activan la emociones, pero en cualquier caso siento que no es del todo acertado representarlo así. Quizás tengamos que esperar a la próxima entrega para tener mayor claridad en este punto. En cualquier caso la saga “Del Revés” tiene bastantes aciertos y merece la pena verla.
Laura S.