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Concepto de asertividad

La RAE define la asertividad como aquella capacidad de dar la propia opinión de manera firme. Es una definición adecuada pero muy corta como para entender en concepto en su totalidad.

Debemos entender la asertividad como aquella capacidad para comunicarnos manteniendo un equilibrio (no siempre fácil) entre respetar mis derechos y respetar los derechos del otro.

Porque mucha gente no es asertiva? Principalmente por desconocimiento de cuáles son estos derechos y por una cuestión de autoestima o de personalidad.

En todo caso, estaremos de acuerdo en que primero debemos conocer el concepto para luego tratar de ser asertivos. Si a pesar de conocer de qué va, no sé ponerlo en práctica, tal vez es hora de pedir ayuda para revisar autoestima, personalidad, carencias, etc.

Los derechos asertivos

Aquí una extensa recopilación de derechos asertivos.

  • Derecho a quejarme si me ofenden o me faltan al respeto y dignidad.
  • Derecho a expresar mis propias opiniones, creencias e ideas.
  • Derecho a hacer críticas o transmitir quejas.
  • Derecho a sentir y expresar emociones y dolor.
  • Derecho a pedir (no exigir) ayuda y apoyo emocional.
  • Derecho a pedir que se me escuche y se me tome en serio.
  • Derecho a cambiar de opinión o línea de actuación
  • Derecho a ser independiente: utilizando mi criterio para priorizar y tomar mis decisiones.
  • Derecho a decir «NO» a las demandas de los demás, sin sentirme culpable.
  • Derecho a pedir (no exigir) lo que quiero o necesito.
  • Derecho a cometer errores y ser imperfecto. Y si no has vulnerado derechos de los demás, no hay que pedir disculpas.
  • Derecho a pedir información, aclaraciones o explicaciones.
  • Derecho a decidir qué hacer con mis propiedades, tiempo, cuerpo, etc.
  • Derecho tanto a tener éxito como fracasar.
  • Derecho a descansar y disfrutar.
  • Derecho a no dar respuestas inmediatas y a pensar antes de actuar.
  • Derecho a no saber y poder aprender.
  • Derecho a cambiar lo que no me satisface.
  • Derecho a pedir (no exigir) un consejo y también a ignorarlo.
  • Derecho a pedir (no exigir) reconocimiento y valoración.
  • Derecho a confiar o desconfiar de las intenciones de los demás.
  • Derecho a no responsabilizarte de las reacciones de los demás. Sólo eres responsable de las tuyas.
  • Derecho a responder o no hacerlo.
  • Derecho a tener necesidades y que sean igual de importantes como las de los demás.
  • Derecho a pedir no ser juzgado/a.
  • Derecho a hacer menos de lo que uno/a es capaz.
  • Derecho a pedir hablar con una persona.
  • Derecho a decir o hacer cualquier cosa que no vulnere los derechos de los demás.
  • Derecho a priorizarte siempre que no suponga una vulneración de los derechos de los demás.
  • Derecho a no tener que adivinar, intuir o deducir las necesidades o deseos de los demás.
  • Derecho a pedir (no exigir) lo que se quiera.
  • Derecho a ser consecuente con las respuestas de los demás, siempre que no vulnere sus derechos.
  • Derecho a defender mis derechos.
  • Derecho, incluso, a no siempre ser asertivo/a.

Interpretemos la lista

Supongo que has hecho una lectura interpretando que estos son tus derechos y dándote cuenta de que algunos de ellos no te los estás respetando. Ahora vuelve a hacer una segunda lectura pensando cuántas veces has negado estos derechos a los demás. También es un ejercicio bastante interesante. Sólo haciendo estas dos lecturas ya es un gran ejercicio de autoconocimiento. Cuántos derechos nos negamos a nosotros mismos o a otros y porque? Qué dicen estas negaciones de nosotros mismos?

Es importante darnos cuenta de todas aquellas cosas que tenemos derecho a pedir pero si prestamos atención a que tenemos derecho a decir «NO», debemos saber también tolerar y aceptar un «NO» cuando pedimos cosas.

Luego, en función de las respuestas que me dé la gente, decidiré qué gente vale la pena tener al lado y qué gente no. Pero no les podemos exigir ciertas cosas. Si yo te pido apoyo, tú puedes no dármelo, no es tu obligación, entonces yo ya valoraré si vale la pena tenerte junto a mi y contar contigo y ejerceré mi derecho a ser consecuente con ello. Es decir, que los derechos entrelazan y nos conviene actuar luchando por un equilibrio entre respetar mis derechos y los del otro.

Tendremos que tener en cuenta que utilizar con demasiada frecuencia mis derechos puede traer consecuencias y simplemente tendremos que estar preparados para asumirlas. A mi jefa puedo decirlo NO siempre que lo precise pero según como, puedo estar dando lugar a un despido disciplinario. A un amigo le puedo decir que NO a muchas cosas, a todo, pero deberé respetar que él sea consecuente con ello y se distancie de mí porque considera que yo le he fallado. Si hiero, con mis opiniones, los sentimientos de los demás, tendré que estar preparado para que el otro exprese la crítica y queja y saber aceptarlas. Porque tengo derecho a hacer críticas al igual que el otro me las puede hacer a mí.

Perfiles comunicativos de la asertividad

  • Perfil pasivo. Respeta los derechos de los demás, pero no los propios. Es aquella persona que se obliga a decir que sí a todo, que calla ante injusticias, que prioriza siempre a los demás, que no pide lo que necesita ni expresa las propias opiniones, necesidades, etc.
  • Perfil agresivo. Respeta los propios derechos pero no los de los demás. No pide, exige. La prioridad siempre es él/ella mismo/a sin tener en cuenta los derechos de los demás. No escucha, niega o menosprecia las opiniones o necesidades de los demás y los juzga.
  • Perfil asertivo. Lógicamente es aquella persona que suele mantener un buen equilibrio entre derechos propios y ajenos.

Y tú, con qué perfil te relacionas? Recuerda que si necesitas ayuda para una terapia individual des de Think Psicología, estamos a tu lado siempre.

 

Patricia Vílchez Las Heras

Psicóloga sanitaria infanto-juvenil

Colegiada 21639