“Hoy estoy de mal humor”. Usamos esta expresión para indicar que estamos irritables, molestos, que nos enfadamos fácilmente o que hemos perdido la paciencia. Es un estado de ánimo negativo que generalmente se produce cuando las cosas no van como queremos. Puede ser fruto de una frustración importante o fruto de múltiples pequeñas frustraciones que se van sucediendo durante el día y que acaban agotando nuestra capacidad de autocontrol. Las fluctuaciones hormonales también pueden favorecer este estado de ánimo pero no vamos a entrar en ello. Venga de donde venga, la realidad es que todos sentimos en algún momento que estamos de mal humor. Y ¿qué hacemos con ello?
Cómo gestionar nuestro mal humor
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Reconoce que estás de mal humor. Toma consciencia, aprende a detectar las sensaciones físicas que hay detrás de este estado y ponle nombre. ¿Es proporcional tu estado de ánimo con lo que está sucediendo en este momento?
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Acepta que estás de mal humor. No busques culpables ni te culpes. Simplemente acepta que en estos momentos te sientes así.
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Observa. Detén lo que estés haciendo y busca un lugar tranquilo. Date un espacio de tiempo para observar y sentir las emociones y sensaciones del momento. Presta atención a la respiración.
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Analiza. Observa las causas profundas que están detrás de tu mal humor.
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Busca soluciones.
Pero qué pasa cuando es nuestra pareja, un amigo, un familiar el que está de mal humor y no hay quien lo aguante. En ocasiones no entendemos qué les pasa ni por qué actúan como lo hacen, intentamos razonar con ellos, pedirles que se calmen, pero casi nunca funciona.
Cómo gestionar el mal humor del otro
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Aprende a discriminar las señales del mal humor.
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Intenta comprender los motivos del otro para estar de mal humor.
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Acepta al otro y sus estados emocionales. Si has intentado entender, razonar, argumentar o calmar al otro, y su mal humor persiste, no insistas. Muchas veces no hay una razón específica para el mal humor. No es el momento de discutir. En esos momentos no es la persona la que habla /actúa sino su mal humor y hasta que este no se extinga no conseguirás nada. Dale un espacio para que gestione su mal humor.
El mal humor no es un comportamiento, es un estado emocional y como tal viene y va. Es normal estar de mal humor de vez en cuando, pero si se convierte en un estado emocional habitual puede ser parte de una distimia o depresión. Muchas personas piensan que estar deprimido es estar triste todo el tiempo, pero la depresión puede manifestarse también a través de cambios bruscos en el carácter, impaciencia e irritabilidad. También puede ser fruto de un ritmo de vida demasiado demandante, en muchas ocasiones se establece una relación directa entre estrés y la reactividad emocional. En cualquier caso, cuando tu mal humor interfiera en tus relaciones y no te deje disfrutar de tu vida, busca la causa y ponle remedio.