En Terapia de pareja, Terapia individual

Actualmente me encuentro en consulta muchas personas que dicen estar perdiendo el tiempo, que la pandemia los ha dejado en una especie de standby vital y que quieren que pase todo para seguir con sus vidas. Pienso que es una sensación que en mayor o menor medida hemos sentido todos. Pero cuando decimos que “este ha sido un año horrible” o que “no hemos hecho nada este año”, estamos borrando de un plumazo todo el año, que en general puede haber sido malo, pero que seguro que también ha tenido sus momentos buenos, dignos de ser tenidos en cuenta.

Ya hace una año que convivimos con la pandemia y sus consecuencias, y por ello me gustaría hablaros del proceso de generalización.

Generalizar es el proceso mediante el cual se establece una conclusión general a partir de una o más observaciones particulares. La generalizacion puede servirnos para simplificar, entender y ordenar el mundo. El problema comienza cuando perdemos la conciencia de estar generalizando y creemos ciegamente que la realidad es tal y como la vemos, o más bien tal y como la verbalizamos.

La generalización tiene el poder de borrar días, años e incluso décadas de nuestra vida. Como cuando catalogamos como “tiempo perdido” el año que pasamos haciendo aquel curso que no finalizamos o los años que pasamos junto a aquella persona (ex-pareja) que ahora aborrecemos.

Cuando nos decimos que no hemos hecho “nada” aunque en ese momentos sepamos que estamos exagerando, nuestro cerebro recibe ese “nada” como algo muy real: la palabra lleva asociadas multitud de sensaciones, imágenes y pensamientos, que nos afectan de un modo apenas perceptible para nuestra consciencia. Las palabras no son inocuas. Pensamos el mundo a través del lenguaje. Nombrar es enmarcar, delimitar y caracterizar lo que nos pasa.

Por lo tanto no olvidemos matizar este tipo de ideas, evitando el uso de palabras rotundas como: todo, siempre, nunca, ninguno, nadie, nada… porque los pensamientos que incluyen estas palabras ignoran las excepciones y matices. Usemos un lenguaje flexible que nos ayude a describir las situaciones pero sin caer en el extremismo.