La duración de la crisis sanitaria empieza a pasarnos factura y cada vez hay más gente que presenta síntomas de ansiedad patológicos. Sentir ansiedad, miedo, preocupación, inquietud ante la situación actual y futura es normal, pero sentirnos constantemente inundados por este tipo de emociones ya no lo es.
Signos que indican que tu ansiedad se esta descontrolando:
Pensamientos intrusivos y preocupación constante.
Es normal que pensemos de vez en cuando en la situación que estamos viviendo y en cómo nos afecta o afectará, pero que lo hagamos constantemente. ¿Y por qué no podemos parar de pensar en ello? Somos planificadores. Pensamos sobre el futuro para prepararnos, imaginamos todo aquello que podría pasar o salir mal, pensar en ello nos da la sensación de estar haciendo algo de forma activa, nos da cierta sensación de control sobre el futuro. Pero la realidad es que no sabemos cómo se manifestarán los problemas futuros ni en qué condiciones, no sabemos con qué recursos contaremos, y pensar en ello se convierte en una tarea improductiva y en una fuente inagotable de angustia. Así que recuerda, no le des más vueltas, céntrate en las pequeñas cosas que de verdad sí puedes controlar en el momento actual.
Constante búsqueda de información sobre aquello que nos está generando ansiedad o preocupación.
Es un impulso, necesitamos conocer y buscar certezas cuando nos sentimos inseguros, buscamos sentir que tenemos cierto control sobre la situación y sobre el futuro. Pero buscar información relevante no es sencillo y menos aún cuando los medios están inundados de información contradictoria y cuando cada día salen estudios nuevos que contradicen lo que se sabía hasta ayer. No hay certezas sobre la pandemia, ni sobre su evolución, ni sobre sus consecuencias económicas, no ha certezas, hay ideas, visiones, estudios y buscar información constantemente no nos ayuda a sentir que tenemos control sobre la situación sino a todo lo contrario. Así que limita el tiempo que pasas buscando información, establece un momento del día para hacerlo y siempre a través de una fuente oficial y fiable.
Alteración del sueño.
Es normal que nuestros horarios hayan cambiado y hasta cierto punto que nuestros patrones de sueño se hayan alterado, pero si te cuesta mucho iniciar el sueño, si te despiertas varias veces y tardas en volverte a dormir, tienes pesadillas o sueños inquietos, duermes poco, te despiertas cansado… y todo esto es habitual, ya no es normal. Cuando algo nos está preocupando y generando ansiedad el sueño es una de las primeras cosas que se altera, y por otro lado no descansar bien contribuye a aumentar los niveles de estrés y ansiedad, de manera que nos metemos en un círculo vicioso.
Aislamiento social.
Y no como medida sanitaria para evitar la propagación del virus. Aquí nos referimos a cuando no tenemos ganas de hablar con nadie, ni de socializar aunque sea de manera virtual. Todos tenemos días así, y está bien permitirnos esos días de recogimiento, pero estos deben ser puntuales. Sabemos que la tristeza, el miedo, la ansiedad no son bien recibidos en la sociedad, no queremos mostrarnos así y no encontramos las fuerzas ni las ganas de mantener el optimismo y la alegría que se espera de nosotros, y nos aislamos. Pero al aislarnos perdemos oportunidades de mejorar nuestro estado de ánimo y nos hace sentir que estamos realmente solos.
He puesto especial cuidado en dejar claro que todas las emociones que estamos sintiendo estos días son normales, que buscar información es normal, que dejarnos llevar de vez en cuando por pensamientos catastrofistas es normal, que tener una mala noche es normal y que haya días que no nos apetezca socializar es normal. Lo que deja de ser normal es que estos estados se prolonguen en el tiempo y sean lo suficientemente fuertes como para paralizarnos y limitar nuestras vidas. En este punto es donde tenemos que hacer algo para cambiarlo.
De todos los signos de que tu ansiedad se están descontrolando, el aislamiento social sostenido en el tiempo sería el más preocupante. Sería como un nivel más, fruto de los anteriores. Así que si has llegado a él no esperes más. Habla de ello con alguien de tu confianza o busca ayuda profesional si te sientes más cómodo.
Laura S.