En Terapia individual

‘Cómo ser feliz’ es una de las frases más buscadas en Google. Seguramente, tú mismo/a lo habrás buscado alguna vez, en algún momento en el que te has sentido vacío/a y desesperado/a; y seguramente habrás encontrado respuestas del tipo: piensa en positivo, rodéate de los tuyos, sal y haz cosas, etc.. Todos ellos, consejos bien intencionados pero profundamente mediocres sobre cómo salir de una situación en la que si pensar en positivo fuera tan fácil, ya lo habrías hecho.

Y es que ser feliz (de verdad) no es una tarea fácil, sino que se trata de una tarea exhaustiva, compleja, constante y apasionante. Más que tarea debería decir objetivo vital como ser humano. Y digo ser feliz (de verdad), porque desafortunadamente hay mucha felicidad enmascarada; una falsa felicidad que va sobrevolando por el universo humano.

Esta falsa felicidad puede construirse de muchas maneras, como por ejemplo: idealizar situaciones y personas, llenarte la agenda de actividades y eventos sociales hasta no poder ni respirar (en realidad para huir de ti mismo/a), obsesionarte con mostrar tu vida en las redes sociales, etc.,  todo aquello que sea necesario con tal de autoconvencerte a ti mismo y al resto de personas, de que eres feliz.

Hasta que llega un momento en el que te das cuenta de que en realidad no eres feliz o todo lo feliz que te gustaría, y es en ese momento cuando buscas en internet cómo poder serlo. Obviamente, no sin después borrar el historial de búsqueda para que nadie descubra tu secreto.

Muchas, muchísimas personas en consulta me comentan: “Yo veo a la gente muy feliz, ¿cómo lo hace?”, y lo que no saben es que la persona que estaba ocupando esa misma silla la hora anterior, y la otra, y la otra, estaban preguntándose lo mismo…

Pero, vayamos a la pregunta: ¿Cómo ser feliz?, en realidad deberíamos cambiarla por: ¿Cómo sentirme mejor conmigo mismo/a? Ya que ese es el quit de la cuestión. Y es que la auténtica felicidad se consigue cuando uno siente:

  • Que es capaz de enfrentarse a sus miedos y superarlos.
  • Que es capaz de conectar con sus emociones sin huir de ellas.
  • Que persigue sus sueños, metas e ilusiones hasta conseguirlas.
  • Que es capaz de construir relaciones sólidas, profundas y plenas.
  • Que él/ella es el responsable de su vida.
  • Que disfruta de estar consigo mismo/a.
  • Que disfruta ayudando a otras personas.

Sin embargo, conseguir todo esto es algo demasiado farragoso, ya que tener que mirar en tu interior y enfrentarte a tus miedos, buff… mejor cuelgo un stories en Instagram y así convenzo a todo mi entorno en cuestión de 15 segundos de lo feliz que llego a ser. El problema de esto es que al final envejecerás, y al único/a a quien habrás engañado es a ti mismo/a porque a los demás, en realidad, les va a dar igual si has sido feliz o no.

Entonces, qué, ¿te atreves?

 

Mónica Blasco Raventós

Psicóloga col. 21198